Para empezar, retrocedemos nada menos que 65 millones de años para situarnos en la era mesozoica, y concretamente en el período cretáceo, que fue el tiempo en que vivieron los dinosaurios que conoceremos en esta primera aventura en los Pirineos de Cataluña. En la zona central de esta área montañosa visitamos tres yacimientos que demuestran la existencia de estos animales prehistóricos en nuestros bosques, montes y prados. En el espacio Dinosfera, en la localidad de Coll de Nargó, visitamos el museo y el yacimiento de huevos de dinosaurio, uno de los más importantes del mundo en su género. En Fumanya observamos huellas de dinosaurio, y en el Parque Cretáceo de Isona, situado en el Museo de la Conca Dellà, vemos una exposición sobre los grandes reptiles del pasado y, a través de una visita guiada, paseamos por los yacimientos de huevos y de huesos de dinosaurios. Estas tres visitas nos permiten descubrir cómo era el paisaje de los Pirineos hace 65 millones de años, qué dinosaurios habitaban estas montañas, cómo eran, qué restos han dejado y cuáles fueron las causas de su extinción.
Seguimos el viaje por la historia cerca del yacimiento de Coll de Nargó, visitando los dólmenes del valle de Cabó. La ruta es una excusa perfecta para descubrir algunos de los monumentos megalíticos más importantes del país (¡hay siete!) y también para conocer un paisaje insospechado, silencioso y agreste, con abundante vegetación en forma de campos de cultivo, bosques y miradores naturales.
Damos ahora un salto en el tiempo y en el espacio viajando hasta Ripoll, en los Pirineos Orientales, para realizar el itinerario Tierra de Condes y Abades. De la mano del recuerdo de personajes legendarios como Wifredo el Velloso, el abad Oliba, la abadesa Emma o el conde Arnau, y visitando joyas del románico como el castillo de Matamala, el monasterio de Santa Maria de Ripoll o el de Sant Joan de les Abadesses, hacemos un intenso viaje por la Edad Media para conocer la historia del nacimiento de Cataluña. A través de los paseos por los núcleos medievales y las visitas a los monasterios, castillos, museos y centros de interpretación del Ripollès, revivimos algunos de los episodios más recordados de la historia y nos adentramos en un mundo apasionante lleno de mitos y leyendas.
Seguimos avanzando en el tiempo y, unos kilómetros más allá, ya en el Pirineo Occidental, nos perdemos entre montañas y valles para llegar a los rincones más recónditos, donde descubrimos verdaderas joyas de la arquitectura popular. En los pueblos de los valles de Àneu nos olvidamos del mundo y nos dedicamos en cuerpo y alma a pasear por las calles empinadas y las casas de piedra, visitando espacios como antiguos aserraderos, casas, molinos, ermitas, etc., en cualquiera de las sedes del Ecomuseo de los Valles de Àneu, un gran museo que se extiende por el territorio y que nos permite recuperar las formas de vida pirenaica de finales del siglo xix.
Por último, y para descubrir nuestro pasado más inmediato, viajamos hasta Salàs de Pallars, un pueblo lleno de recuerdos de la vida cotidiana de los siglos xix y xx encerrados entre las paredes de seis establecimientos rehabilitados y ambientados repartidos por las calles del centro de la localidad. Un paseo guiado por las tiendas del pueblo (la de ultramarinos, la barbería, la farmacia, el estanco, el bar) nos permite viajar en el tiempo y disfrutar de una lección de historia contemporánea a través de la observación de los productos y la transformación de las marcas y su publicidad.Imatges de l'article:
Imágenes del artículo
1. Coll de Nargó
2. Dòlmens Vall Cabó
3. Castell Mataplana
4. Fulmanya